27 de mayo de 2015

Castillo de la Peña: Los Carvajales



     Marcharemos a tierras andaluzas, hacia Martos (Jaén), y conoceremos una de las leyendas que envuelve a la Peña de Martos.

     De lo que vamos a contar, surge en parte de la tradición oral – leyenda, y otra está sacada de las propias Crónicas de Fernando IV.

     Nos situaremos sobre 1312, momento en que el rey Fernando IV, rey de Castilla y León, se encontraba por tierras de Jaén.
     En una de sus salidas, se le pediría justicia, ya que dos hidalgos hermanos, además caballeros de las Orden de Calatrava (según los textos informados), llamados Pedro y Alfonso de Carvajal, eran acusados de dedicarse a robar cosechas y abusar de las mujeres más humildes; en las Crónicas se hace mención a la muerte de un caballero, Juan Alonso de Benavides, siendo ellos los presuntos autores.

     Siendo arrestados y conducidos ante presencia del rey, aunque ellos mantenían en todo momento su inocencia, serían condenados a muerte.
     En algunos de los textos, hace referencia a que el rey mandaría cortar los pies y las manos antes de ser metidos en una jaula de hierro con púas, para ser más tarde, despeñados desde lo alto de la Peña de Martos.


     Antes de ser “tirados”, uno de los hermanos, tuvo la fuerza necesaria para emplazar dentro de un mes al rey ante la justicia divina, ante la injusticia que estaba realizando.
     Castigados los hermanos, el rey seguiría con su vida, tras una de sus copiosas comidas, marchó a descansar, descanso que se volvió eterno, ya que no despertó, el día de su muerte, haría justo el mes de la ejecución de los Carvajales.



     






     Motivo por el cual, a Fernando IV, se le conoce como “El Emplazado”.





  Parte de las Crónicas de Fernando IV, donde se menciona la ejecución de los Carvajales y la muerte del propio rey:

     “É el Rey salió de Jaén, é fuese á Martos, é estando y mandó matar dos cavalleros que andavan en su casa, que vinieran y á riepto que les fasían por la muerte de un cavallero que desían que mataron quando el Rey era en Palencia, saliendo de casa del Rey una noche, al qual desían Juan Alonso de Benavides. É estos cavalleros, quando los el Rey mandó matar, veyendo que los matavan con tuerto, dixeron que emplasavan al Rey que paresciesse ante Dios con ellos a juisio sobre esta muerte que él les mandava dar con tuerto, de aquel día en que ellos morían á treynta días. É ellos muertos, otro día fuese el Rey para la hueste de Alcaudete, e cada día esperava al infante Don Juan, segund lo havía puesto con él...É el Rey estando en esta cerca de Alcaudete, tomóle una dolencia muy grande, e affincóle en tal manera, que non pudo y estar, e vínose para Jaén con la dolencia, e no se queriendo guardar, comía carne cada día, e bebía vino...E otro día jueves, siete días de septiembre, víspera de Sancta María, echóse el Rey a dormir, e un poco después de medio día falláronle muerto en la cama, en guisa que ninguno lo vieron morir. É este jueves se cumplieron los treynta días del emplazamiento de los cavalleros que mandó matar en Martos...





  

       La llamada “Cruz del Lloro”, donde supuestamente terminaría su caída la jaula de hierro, despeñada junto a los hermanos Carvajales.







     Sobre esta leyenda, podríamos decir que sus personajes, nombres y momentos, se encuentran dentro de un lenguaje cifrado, para entenderlo mejor daremos los siguientes datos:

     - Sacrificio de los dos hermanos: Puede ofrecer un paralelismo con el simbolismo templario. Dos caballeros montados y compartiendo un mismo caballo.
     - Emplazamiento del rey ante el Tribunal de Dios: Igual que ocurriera con Molay durante su ejecución.
     - Los nombres de los hermanos Carvajales serían atribuidos mas tarde como caballeros de la Orden de Calatrava, lugar donde pararían los bienes del Temple tras la disolución en Castilla.

      Una manera de contar una historia dentro de otra, como Fernando IV traicionó al Temple y posiblemente el Temple se vengó.

20 de mayo de 2015

La Torre Sangrienta y de los Tristes Silbidos




     Se puede unir esta leyenda a la leyenda de “La Torre Sangrienta”; nos marcharemos al momento cuando se comienza con la disolución de la Orden del Temple sobre 1312, muchos de los Hermanos no se oponen, ni se muestran agresivos ante tal acción, como si estuvieran esperando el momento; sin embargo, no todos mostraron tal aceptación, esto precisamente ocurrió con un grupo de Hermanos Templarios que se encontraban en Jerez de los Caballeros.


                              Castillo de Jerez de los Caballeros y su Torre Sangrienta

     Según la tradición, sufrieron un largo asedio por parte de las tropas del rey Alfoso XI, refugiándose por último en el castillo. El final de estos templarios llegaría cuando refugiados en una de las torres de la fortaleza, serían pasados a cuchillo, degollados uno a uno, a partir de este momento, la torre se conocería con el nombre de La Torre Sangrienta.

     Si seguimos con la segunda parte de esta leyenda, le continúa la conocida como “De los tristes silbidos”: Antes de morir, los caballeros templarios hicieron un juramento, “Volver de la tumba para seguir protegiendo al peregrino y defender sus caminos”.

  
           Caballeros durante la representación en el Festival Templario en Jerez de los Caballeros.

     Se cuenta, que cada noche sin luna, vuelven para cumplir tal juramento, nadie los ha visto nunca, más, cuando suenan las 12 campanadas, todo queda en calma y se les oye silbar.

     Silban llamando a sus caballos, silban constantemente hasta que de nuevo con el amanecer, desaparece el sonido.

     Se dice que es el momento en el que vuelven a La Torre Sangrienta, a la espera de una nueva noche oscura, anhelando que sus caballos aparezcan, y poder cabalgar para cumplir su destino.

     “Por el tiempo maltratada,
     por todo abandonada,
    cumpliendo horrible condena...
   Se ven en las noches lluviosas
   vagar sombras misteriosas
  por sus quebradas almenas”
                                  Francisco Redondo.








    * Resulta curioso que normalmente cuando se hace referencia tanto en leyendas, tradiciones..., siempre se sabe de alguien que vio u observó tal fenómeno, en esta ocasión nadie ha visto nunca las almas vagando de los caballeros templarios, sino que los escuchan.

     No nos debe resultar extraño escuchar este tipo de sonido, parecido a silbidos, que suenan huecos, durante la noche, y en lugares como edificios antiguos, de piedra donde con el devenir del tiempo se han formado huecos, huecos en los que anidan gran variedad de aves nocturnas y/o murciélagos.


                                         Pintura de la entrada a La Torre Sangrienta

     Si ha esto le unimos que el propio subconsciente hace una relación sonido, miedo, leyenda, tenemos como resultado silbido = almas de caballeros templarios.

     Muchas de las leyendas, son un modo de dar respuesta a dudas, preguntas, o incluso de utilizar el miedo para prevenir, tentaciones...; al igual que ocurre con textos antiguos, apócrifos, religiosos, la metáfora o comparación, es uno de los elementos empleados para dar a comprender al ser humano desde el mundo que le rodeaba, ya fuera mundo conocido o desconocido.


     No quiero con esto destrozar la bonita leyenda, pero es bueno rebuscar un poco en ellas, para entender la época y como con imaginación, se llega a escribir historias tan maravillosas, simplemente para buscar una explicación a “algo” que no se llega a comprender.

13 de mayo de 2015

La Torre de Floripes y el Bálsamo de Fierabrás.




     Marcharemos hacia tierras de Extremadura, más concretamente al Castillo de Alconétar o de Rocafrída.

     Al-Conétar nombre árabe que significa “los puentes”, también tiene su leyenda.

     Nos situaremos en el año 713 d.C., siguiendo la conquista de la Península Ibérica de manos de los musulmanes, en estos momentos reconstruyen y dan forma al antiguo castillo romano.

Castillo cuando las aguas permiten verlo.
     Con el paso del tiempo, más concretamente sobre el año 800 d.C., entra en escena Carlomagno con la intención de frenar el avance islámico y conquista la Península.

     En uno de estos enfrentamientos, comandado por un tal Oliveros, vence al ejército musulmán, con Balan y Fierabrás, rey de Alejandría como derrotados; como en numerosas ocasiones, un grupo de caballeros serían capturados y mandados encerrar en las mazmorras del castillo, vigilados por Brutomontes o Brutamonte según donde se lea.






     Fierabrás estaba enamorado, enfermizamente de su hermana Floripes, sin embargo, este amor no era correspondido, ya que ella estaba enamorada de un caballero cristiano, Guido de Borgoña (sobrino de Carlomagno, y caballero de los denominados Doce Pares de Francia).




Tras un intento de negociación para liberar a los apresados, los 7 caballeros, encabezados por Roldán y el propio Guido, son encarcelados en el castillo.
     Enterada Floripes, traza un plan, tras penetrar en las mazmorras, en un descuido de Brutomontes, le clava una daga en el corazón, liberando a los prisioneros, a quienes condujo hacia sus aposentos.
     No tardaría en darse cuenta Fierabrás de la ausencia de su hermana, dirigiéndose hacia la fortaleza, mandándola cerrar. de Borgoña
     Mientras, Floripes y los caballeros consiguen llegar a la torre más alta del castillo, deciden echar a suerte quien de ellos escapará e informará de la situación a Carlomagno, tocándole a Guido.
     Tras escapar disfrazado de sarraceno, no tardaría en acudir a liberar a su amada y compañeros junto a las tropas de Carlomagno, dando muerte a Fierabrás.


     A partir de aquí he encontrado distintas versiones sobre el final, de manera que, que mejor manera de ponerlas todas, y que cada uno elija la que más le guste:

     Floripes y Guido son bendecidos por Carlomagno, durante la organización del banquete, no son capaces de encontrar tanta comida para tantos comensales, y es en ese momento cuando aparece un sarraceno; a cambio de su libertad, le contará un secreto guardado por Fierabrás.

Mantel custodiado en la Catedral de Coria

     En el sótano de la torre está escondido un mantel mágico, utilizándolo, no faltará comida ni bebidas, se dice que fue el mantel utilizado en la última cena de Jesucristo.

    Carlomagno entrega a Floripes en matrimonio a Guido, y en sus sótanos se encuentran unos barriles llenos de bálsamo o pócima mágica, la cual tiene el poder de curar todas las heridas.
     Este bálsamo es el nombrado en el Quijote como Bálsamo de Fierabrás.




   Tenemos en otros de los finales, como los barriles vagan por el pantano, a la vez que se escuchan los gritos y lamentos de Brutomontes y Fierabrás, (en otros aparece Brutomontes y los espíritus condenados por Fierabrás) justo cuando el agua invade la torre, y produce un remolino o turbulencia llamativa.



     Como final para Fierabrás, unos cuentan que murió prisionero en sus propias mazmorras; otros que fue ejecutado; y el más penoso, que desesperado, humillado y llorando, tanto la pérdida del castillo como de su hermana, fue condenado por Alá a vagar eternamente por el castillo.

¿Qué final te gusta más?....







6 de mayo de 2015

Leyenda del Castillo de Cazorla: La Tragantía




     Como ocurre con la mayoría de los castillos, de todos surge una leyenda; esta vez nos marcharemos a buscar la leyenda: La Tragantía, en el Castillo de Yedra en la Sierra de Cazorla – Jaén.


     Cuando las tropas cristianas avanzaban hacia Cazorla, su rey moro hizo que su pueblo marchara a mejores tierras para protegerlos, sólo quedaría en el castillo un grupo de soldados, el propio rey, y su hija.

     Negándose a dejar a su hija en manos de los soldados cristianos, temiendo que fuera ultrajada o esclavizada, decidió encerrarla en una habitación secreta, dejándola provisiones y lucernas de aceite, pensando que su reclusión duraría poco tiempo.

     Mientras abandonaban el castillo, echó una última mirada atrás, para más tarde, una lluvia de flechas cayera sobre el rey y sus soldados, muriendo con ellos el secreto que guardaba el castillo.

     Los cristianos, en lugar de destruir el lugar, se quedaron y lo repoblaron.
     La princesa vagaba por la habitación día tras día, esperando escuchar un susurro, una voz; con el paso del tiempo la envolvió la locura, aceptando la evidencia, nadie vendría por ella; se entregó a la muerte, o eso creía ella, tras entrar en una especie de letargo, se despertó convertida de cintura para abajo en una serpiente: La Tragantía.





     La Noche de San Juan, los niños de Cazorla van pronto a la cama, antes de que den las 12, pues pueden escuchar una dulce voz cantando:

       “ Yo soy la Tragantía,
        hija del rey moro,
       el que me oiga cantar
      no verá la luz del día
      ni la noche de San Juan”.
   
     Si escuchan esta canción, serán devorados por el monstruo.